miércoles, 30 de noviembre de 2016

Soledad.

Publicado por Mandalera en 19:21
Como que mi vida va perdiendo su brillo, lo que ayer lucía como oro, hoy parece un metal oxidado. El malhumor me está invadiendo y consigo trae algo de estrés. Me he prohibido pensar en el futuro que a veces congoja me provoca, pero con ello algunos de mis sueños se han dormido. El dinero ha comenzado a ser un problema, no es que me falte, pero temo que un día eso suceda. La historia de la agónica hija mantenida está por acabar, ¿cuán difícil es luchar en este mundo solo? Mi estabilidad laboral termina en enero, y si hablamos de febrero no sé que sucederá.
Esta noche, me palpitan las rodillas: mi cuerpo ha dejado bien claro que al gimnasio no debo ir. Evalúo tener algún otro pasatiempo; la cocina, la limpieza y lavar han dejado de ser un reto para mí, creo firmemente en que debo buscar una pasión, de esas que desestabilizan. Me cuesta ser ecuánime y ante la marea de sentimientos que me invade ya no sé cómo reaccionar; solo soy un barco a la deriva en busca de un puerto seguro...

(Sí, quizás solo necesito un abrazo y compartir con alguien mis risas y claro, también tristezas)

Fin...y el silencio queda en el aire...

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