El dinero se convirtió -para él- en un medio para lograr su objetivo: hacerme sonreír. Eramos asiduos visitantes de Cinemark; al inicio también visitábamos Lucio, y es que el se dio cuenta que cada vez que comía era feliz. Cuando me antojaba de almendras, corría hacia el estante donde estaban ellas, a conseguirme uno o dos paquetes. O en algunas ocasiones, me abrazaba hasta que el mar de emociones y lágrimas pasaba...Aunque a veces trato de no hacerlo...me resulta difícil no contar esta ausencia...porque sí, Ri también se fue...saltó por el encima del muro y corrió lo más lejos que pudo, ahora persigue una meta: ¡ser feliz!
domingo, 31 de julio de 2016
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