Estos días, me aferro al último recuerdo de nosotros, a aquella sensación de posar mis labios sobre los tuyos, de sentir sus pequeñas rajaduras, de ver de soslayo tus ojos chinos entreabiertos y tu cara de sorpresa; ¿qué pasará cuando deje de extrañarte?, ¿cuándo la resignación haya llegado a su máximo esplendor?
Siendo sincera, nunca imaginé una vida sin ti, nunca creí que te ibas a marchar, nunca pensé que hoy estaría remilgando los jirones de mi piel para no olvidar la sensación de tenerte cuerpo a cuerpo.
Cinco meses y medio de tu ausencia, ¿será verdad que se requieren seis meses para superar una relación fallida? Cuento las semanas...quizá a fin de mes esté sepultándote y haya decidido, de una vez por todas, abandonar este último bastión.
jueves, 9 de junio de 2016
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